EL PADRE ANTONIO TIENE AÚN UNA LAGUNA DE SUEÑOS

Con una sonrisa en su rostro, el Padre Antonio Polo, párroco de Salinas (Bolívar) presentó su libro ‘La Laguna de los Sueños’, en el Coliseo de la Universidad Politécnica Salesiana, en donde agradeció el apoyo recibido para publicar su obra en la que relata todo el proceso transformador que se ejecutó en su parroquia, a través de la producción comunitaria y la Economía Popular y Solidaria.

«El sueño es que si vemos algo bueno en la vida, nos queda el compromiso de seguir la pista. En lugar de decir ¡quién sabe cuánto durará!, esto algún día ya se acaba, pongamos nuestro granito de arena, el corazón, Gracias por hacerlo», expresó el sacerdote, quien llegó al Ecuador en 1972 para sacar de la pobreza a miles de campesinos que engendraron y engrandecieron proyectos como el de El Salinerito, Texal, Funorsal, Producoop, FFSS, FUGJS.

A principios de los años 70, Salinas era un pequeño pueblo formado por chozas. Su población, en gran parte, era  mestiza pero alrededor del pueblo, los indígenas vivían en zonas aisladas a una distancia de 8 a 10 horas a pie. No había carreteras ni luz eléctrica y el agua se sacaba de los arroyos.

Ahora, no solo que tiene todo eso, sino también empresas comunitarias  que se desarrollaron con la mano del sacerdote salesiano de 83 años, nacido en Venecia. Además, el Padre Polo está concluyendo el Centro Cultural Comunitario ‘Salinas Yuyay’ que en castellano significa la Memoria de Salinas, que es un proyecto atractivo para los turistas, al que invitó a visitarlo en su intervención.

Decenas de amigos, colaboradores, ecuatorianos e italianos lo acompañaron en la presentación de su libro, entre ellos Bepi Tonello, (en representación del FEPP), destacó su incansable gestión a favor de los pobres y agradeció por los estímulos que brinda, la coherencia que demuestra el Padre Antonio.

«Él sigue soñando. Siempre dice es la última cosa que hago. Pero hay una última cada trimestre», expresó Bepi antes de resaltar que Antonio Polo tiene todavía una laguna de sueños y concluir con una sentida frase: «¡GRACIAS ANTONIO! TE QUEREMOS».